Cuando transitamos en esta vida llena de obstáculos, y procesos, hay una pregunta que debemos hacernos todos los días de nuestras vidas, ¿en quien nos estamos fortaleciendo?

Cuando colocamos nuestra fuerza en nuestra propia humanidad, en lo que somos, o en lo que hemos alcanzado por pura meritocracia, entonces estamos sacando a DIOS de nuestras vidas y del propósito que él tiene para nuestras vidas. 

Puedes identificar fácilmente cuando no estás fortalecido en el señor, porque tu vida empieza a caminar en este rumbo:

  • Cambias las palabras de bendición, por un lenguaje anti fe. 
  • Cuestionas lo que Dios ya ha dicho sobre tu vida. 
  • Vives en doble ánimo, y te dejas dominar por tus emociones. 
  • Confías más en palabras de terceros, que en lo que Dios ha dicho. 
  • Ves siempre una montaña, y rara vez, observas una oportunidad. 

La única forma de caminar hacia la meta, y culminar el propósito que Dios tiene para nuestras vidas, es fortaleciéndonos en el Señor. 

Efesios 6: 10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza

La biblia dice que debemos fortalecernos en el Señor, y la forma de hacerlo es creyendo en el poder del espíritu santo, confiando siempre en que es la señal del cielo la que nos guía. 

En estos tiempos determinantes, luego de una pandemia que destrozó muchas familias, y ahora una invasión a un país, donde vemos el día a día ciento de imágenes de personas inocentes sufriendo, es tiempo de aferrarnos a Dios, y buscarlo de manera tal, que nuestra fortaleza permanezca en él. 

La armadura de Dios en nuestras vidas. 

Ante todo lo que sucede a nuestro alrededor, como cristianos debemos saber que nuestra lucha es contra huestes de maldad, porque las tinieblas siempre buscan acabar con nuestro propósito, pero ante tantos males, nuestra misión es colocarnos la armadura del Señor. 

Efesios 6: 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

La única forma de resistir al diablo, es vestirnos con la armadura de Dios. Cuando entendemos esto, podrán venir aflicciones, tormentas, o situaciones que de una u otra forma mueven nuestras vidas, pero nos mantendremos firmes, porque tenemos la armadura de Dios. 

No podemos vivir como si nada pasara a nuestro alrededor, debemos ser creyentes que puedan abrir nuevos niveles en el mundo espiritual, y comprendan que ante todas las cosas, hay un Dios supremo, que busca siempre revelarnos sus secretos por medio de la intimidad. 

Como hombres y mujeres de Dios, debemos caminar con la coraza de justicia, siendo personas íntegras, que no haya nada que decir de nosotros, pues hemos guardado los mandamientos de Dios. 

Efesios 6:14  Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 

No podemos ser cristianos de medias tintas, debemos ser hombres y mujeres de fe, una sola pieza, que mantenemos y practicamos la palabra viva de Dios. No importa que critiquen o juzguen tu vida, tú eres el que debes mantener siempre firme tus convicciones. 

Camina en la verdad, practica la verdad, que tus labios hablen verdad, busca la verdad en la palabra de Dios. Camina con una conducta de justicia, haciendo el bien a otros, y orando por aquellos que hacen mal en contra de tu vida. 

Efesios 6: 15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 

Transita por esta vida llevando el amor de Dios a otros. Si has experimentado la libertad de Cristo, entonces colócate el calzado del evangelio y muestra a otros que Dios es real, que Dios es soberano, y que él es capaz de cambiar y transformar nuestras vidas. Esta es otra de las formas en que podemos fortaleciendo el Señor, cumpliendo su palabra de ir y predicar su evangelio a toda criatura. 

Y por encima de todo mantén el escudo de la fe. No puedes permitir que el fuego del maligno consuma lo que el padre ha depositado en ti. Debes ante todas las cosas mantener una visión correcta y un corazón correcto. 

No puedes tener fe solo en los días buenos, debes tener fe aun en los momentos difíciles, en donde crees que estás solo, pero no lo estas porque Dios se ha mantenido contigo. 

Fortalecernos en el señor es caminar en fe, tener un lenguaje de fe, y accionar en fe. Que aunque no veas el cuadro completo, tu le sigues creyendo al Dios vivo. Al Dios que te ha prometido una eternidad en el cielo. 

Efesios 6:18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 

Y por último, no dejes de orar. Quien deja de orar se aleja de la fuente que sacia la sed. No puedes dejar de buscar el rostro de Dios por medio de la oración. 

Si algo nos fortalece como hombres y mujeres de Dios, es la oración que se hace carne en nuestras vidas. Orar a Dios, con o sin ánimo, cuando se está bien, o cuando no. 

En los momentos de Gloria, o en los momentos de desolación. Orar para agradecer, y orar para pedir de forma especial al Dios de Gloria. 

En estos tiempos tan determinantes, tan decisivos, y tan acelerados, lo único que puede compensar una vida tan llena de ansiedad, dolor, o frustración, es orar al único que tiene poder, a Dios. 

No seas de las personas que antes de acercarse a Dios, prefieren escuchar a los medios. Antes de cualquier cosa, dale la oportunidad por medio de la oración que sea Dios que pueda liberar tu alma, que sea Dios que pueda traer vida plena sobre tu corazón. 

No subestimes nunca el poder de la oración, no subestimes la búsqueda e intimidad con el padre, porque ante todo, el ancho y la profundidad del amor y los misterios de DIOS, los conoceremos solo por medio de la oración. 

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